No tengo idea de que hora era en la madrugada cuando desperté. Todo parecía normal hasta que intenté moverme. Sencillamente no pude mover ni un dedo, era una sensación realmente agobiante: podía escuchar el ruido de los autos circulando en la calle de enfrente, así como veía perfectamente el vaso de agua que había dejado sobre mi buró, sin embargo no podía mover ni un solo músculo. Me encontraba boca abajo y sentía cierta presión sobre el pecho, como si algo estuviera sobre mi espalda. Más tarde se lo conté a un par de amigos que con cierto tono de misterio me dijeron que se me había subido el muerto y que no era la única persona a la que le había pasado, que era algo común y que generalmente no pasaba nada. Lo único que alcancé a pensar fue: "¿Generalmente?!" Bueno, dejemos los miedos a un lado. No hay forma alguna en la que este hecho pueda ser explicado con la frase: “se te subió el muerto”.
A este hecho se le conoce como la Parálisis del Sueño y es una condición muscular producida por la atonía (Falta de tono y de vigor, o debilidad de los tejidos orgánicos, particularmente de los contráctiles) que tiene lugar mientras la persona duerme. Se observa la mayor parte del tiempo en los momentos en que el individuo se está despertando o quedándose dormido.
Según la Clasificación Internacional de Trastornos del sueño, la parálisis del sueño consiste en un periodo de inhabilidad para realizar movimientos voluntarios al inicio del sueño (hipnagógica o forma predormital) o al despertarse ya sea durante la noche o la mañana (hipnopómpica o forma postdormital).
La parálisis es totalmente normal y se produce cada vez que uno duerme. Es el mecanismo natural de defensa del organismo para evitar el "escenificar físicamente los ensueños", lo cual podría resultar dañino y peligroso para el individuo dormido.
Normalmente no estamos conscientes en ese estado, pero algunos individuos son susceptibles de sufrir episodios de parálisis estando conscientes. Esto puede ocasionar que el individuo mezcle sensaciones reales del entorno que le rodea con cualquier tipo de alucinación producida por un sueño, como puede ser sentir una sensación de ahogo o dificultad para respirar, con opresión del pecho, palpitaciones y otras sensaciones de origen fisiológico.
En este estado, el sujeto se siente incapaz de realizar cualquier movimiento o de hablar, pero está plenamente consciente de su situación y de lo que ocurre en su medio ambiente circundante, ya que puede oír, oler o percibir sensaciones táctiles, incluso ver si tiene los ojos abiertos, o creer completamente que está viendo la habitación en la que se durmió, aun teniendo los ojos cerrados.
El caso contrario es el sonambulismo, en el que este sistema de bloqueo falla y se logran escenificar los sueños.
Pero que se te suba el muerto… un mito.
A este hecho se le conoce como la Parálisis del Sueño y es una condición muscular producida por la atonía (Falta de tono y de vigor, o debilidad de los tejidos orgánicos, particularmente de los contráctiles) que tiene lugar mientras la persona duerme. Se observa la mayor parte del tiempo en los momentos en que el individuo se está despertando o quedándose dormido.
Según la Clasificación Internacional de Trastornos del sueño, la parálisis del sueño consiste en un periodo de inhabilidad para realizar movimientos voluntarios al inicio del sueño (hipnagógica o forma predormital) o al despertarse ya sea durante la noche o la mañana (hipnopómpica o forma postdormital).
La parálisis es totalmente normal y se produce cada vez que uno duerme. Es el mecanismo natural de defensa del organismo para evitar el "escenificar físicamente los ensueños", lo cual podría resultar dañino y peligroso para el individuo dormido.
Normalmente no estamos conscientes en ese estado, pero algunos individuos son susceptibles de sufrir episodios de parálisis estando conscientes. Esto puede ocasionar que el individuo mezcle sensaciones reales del entorno que le rodea con cualquier tipo de alucinación producida por un sueño, como puede ser sentir una sensación de ahogo o dificultad para respirar, con opresión del pecho, palpitaciones y otras sensaciones de origen fisiológico.
En este estado, el sujeto se siente incapaz de realizar cualquier movimiento o de hablar, pero está plenamente consciente de su situación y de lo que ocurre en su medio ambiente circundante, ya que puede oír, oler o percibir sensaciones táctiles, incluso ver si tiene los ojos abiertos, o creer completamente que está viendo la habitación en la que se durmió, aun teniendo los ojos cerrados.
El caso contrario es el sonambulismo, en el que este sistema de bloqueo falla y se logran escenificar los sueños.
Pero que se te suba el muerto… un mito.
pero que tal cuando se te sube la muerta?
ResponderEliminarBuen post Jimmo
Siguiente propuesta:
Existe el mito urbano de que el pan con mermelada siempre cae del mismo lado, del de la mermelada