De acuerdo a las creencias budistas, y creo que también a la experiencia de muchos de nosotros, guardar el enojo y permitir que la ira se impregne en tu personalidad y que se incube por largo tiempo terminará por disminuir tu energía y complicarnos la vida.
Es muy fácil engancharse en los problemas de la vida rutinaria y también es muy sencillo que si alguien "presiona tus botones" caigas en la tentación de convertir ese momento de tu vida a un momento colérico.
Seguro existen muchas opiniones sobre si la ira es válida o no, así que tomando como peor escenario su aparente validez deberíamos buscar vivirla como la viven los niños: Fugaz y momentanea.
Los niños al cabo de un rato de discusión vuelven a jugar juntos sin guardar mayor rencor. En cambio la forma en la que algunos vivimos la ira se parece mucho a la frase de Buddha. La sostenemos en nuestros corazones y en nuestras manos como carbón quemante esperando el momento idóneo para aventarse y lastimar a quien consideramos que no ha cubierto nuestras expectativas.
Y tristemente... como lo dice la frase lo dice el más quemado es el que sostiene el carbón...
0 comentarios :
Publicar un comentario
Gracias por comentar: